Ifaty, al fín la costa. Aunque los parques nacionales de Madagascar nos estaban pareciendo una auténtica maravilla, hay que reconocer que ya teníamos ganas de llegar a las playas. Pero…¿cómo elegir entre tantas?
En nuestro caso fue fácil porque tras venir de recorrer la RN7 tampoco nos molestamos en llegar mucho más lejos.
Además estaba claro que queríamos playa, pero no “solo” playa. Teniendo esto en cuenta necesitábamos un lugar que nos ofreciera algún extra aparte de arena y mar.
La zona de Ifaty-Mangily nos ofrecía el aliciente de poder visitar el Fôret des Baobabs, ubicado a corta distancia.
Como llegar
La propia RN7 desemboca en la costa, y si al alcanzar esta giramos dirección norte nos toparemos con Ifaty. Dentro de lo que es la zona de Ifaty, nos decidimos por el área de Mangily. De esta manera tendríamos a mano la visita al Bosque de los Baobabs.
No hay que confundir el Bosque de los Baobabs (Fôret des Baobabs) con la Avenida de los Baobabs (Avenue des Baobabs), que está situada más al norte, cerca de Morondava, y que ya visitaremos en otro capítulo.
El Bosque de los Baobabs ni siquiera lo he encontrado en Google Maps, pero estando en la zona de Ifaty-Mangily, no tiene pérdida y desde cualquier hospedaje pueden acercaros o explicaros como llegar. Nosotros fuimos andando desde nuestro hospedaje.
Alojamiento
El alojamiento que teníamos pensado en un principio, al llegar no nos gustó nada. Tras visitar varios hospedajes que fuimos descartando, ya cansados y acalorados, terminamos sucumbiendo a los encantos del Bamboo Club.
El Bamboo Club ofrece cabañas de diferentes categorías, restaurante rico y variado, guías para recorrer la zona, excursiones de buceo y snorkel y personal amable. Pero lo mejor es la piscina. No suele parecernos necesaria la piscina en los alojamientos a pie de playa, pero hay que reconocer que el continuo trasiego de vendedores playeros puede resultar un tanto molesto cuando lo que se busca es descansar. El precio es asequible según los estándares europeos y medio si os habéis acostumbrado ya a los precios económicos de Madagascar.
La ubicación del Bamboo Club es ideal para dar largos paseos por la playa y ver el ambiente pesquero, hacer algún tour en barca y visitar el Bosque de los Baobabs.
Si no dais importancia a estar específicamente hospedados a pie de playa, existe en esta zona un hotel solidario. El Hôtel Solidaire Mangily pertenece a la ONG Bel Avenir, la cual es miembro de la red internacional Agua de Coco. Esta red de ONG’s lucha en favor de los derechos de los niños y está presente en siete países.
La estancia y las visitas
Tras varios días de periplo por Mada ya empezábamos a acusar el cansancio. Es por esto que en el par de días que pasamos en la zona de Ifaty-Mangily estuvimos básicamente descansando, bañándonos y tomando el sol. Aun así, no nos resistimos a hacer estas actividades:
– Tour de snorkel. El snorkel no fue precisamente el más interesante de nuestras vidas. No obstante, la excursión mereció la pena por el paseo en barca y por la mariscada que incluía. Este tour lo hicimos con unos conocidos de Rija (el conductor del coche de alquiler). En el hotel ofrecían prácticamente el mismo tour por el mismo precio solo que incluía un seguro que no se obtiene al hacerlo directamente con lugareños “independientes”.
Vamos, estamos ante el típico caso de “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”, y es que hay que tener en cuenta que yo no debo recomendaros que hagáis excursiones con cualquiera y sin seguro. Esto por supuesto es válido para cualquier lugar del mundo.
– El Fôret des Baobabs. A escasa distancia caminando desde el Bamboo Club, encontramos el Bosque de los Baobabs. Se trata de un recorrido que se pierde entre árboles de esta especie con múltiples formas de lo más pintorescas.
Encontramos desde baobabs “abrazados”, baobabs “asiento”, baobabs “botella” y así hasta un largo etcétera.
También conseguimos ver algo de fauna tales como enormes arañas, originales lagartos y la famosa tortuga radiada.
Un paseo increíble que merece la pena y que también se ofrece en la modalidad nocturna con la promesa de ver algún lémur. Opino que la versión diurna os proporcionará una mejor oportunidad de avistar estos magníficos árboles. Tened en cuenta que ya habréis tenido ocasión, o la tendréis, de avistar lémures en muchos otros lugares en la isla.
– Pasear por las playas. El amanecer y el atardecer son momentos ideales para dar un largo paseo. Tendréis la ocasión de observar la llegada de los pescadores. Observaréis también como las mujeres cargan con la pesca y los niños se divierten jugando.
Todo un espectáculo digno de contemplarse.
La combinación de playa, snorkel, pescado fresco y baobabs, hacen de esta zona un lugar irresistible.
Próximo capítulo: Tsingys de Bemaraha
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