«Primero fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre.
Ahora es necesario civilizar al hombre en su relación
con la naturaleza y los animales».
Alimentar animales salvajes es una irresponsabilidad que lamentablemente sigue estando a la orden del día. Así es que, como no, este tema se merecía un post en la sección «Sostenible y Solidario».
Uno de los mayores disfrutes que nos ofrece la naturaleza es la de ver animales salvajes en su hábitat. Desgraciadamente, todavía hay muchas personas que no están concienciadas de que interactuar demasiado con ellos, y no digamos ya alimentarlos, resulta muy contraproducente.
Algunas buenas razones para no alimentar a los animales salvajes
* Consecuencias para los animales
Los animales que se acostumbran a ser alimentados acaban frecuentando nuestras poblaciones y carreteras, aumentando con ello sus posibilidades de morir atropellados. Además, la mayoría de los animales salvajes tienen necesidades alimentarias muy específicas que ya son cubiertas por los alimentos que les proporciona el hábitat en el que se mueven.
Su organismo está específicamente dotado para digerir estos alimentos, y no otros. Si reciben habitualmente alimento humano, las bacterias de su organismo que ayudan a la digestión, terminan «confundidas». Esto hace que finalmente no sean capaces de digerir sus alimentos naturales.
La consecuencia es que estos animales acabaran necesitando de manera continuada el alimento proporcionado por los humanos. Y ¿qué pasa cuando los turistas se van? Pues que con el sistema digestivo «atrofiado» por haber «olvidado» como nutrirse de los alimentos naturales, aunque coman, enferman.
* Consecuencias para las personas
Alimentar animales salvajes supone un riesgo tanto para ellos como para quien les da de comer. Los roedores, son en este aspecto, especialmente peligrosos. Pueden llegar a transmitir enfermedades de gravedad e incluso mortales para los seres humanos.
Tampoco hay que olvidar que los parásitos que portan los animales salvajes también pueden transmitir enfermedades. Pulgas y garrapatas pueden llegar a significar algo más que una molestia, así es que tengamos esto en cuenta y pensémoslo bien antes de acercarnos.
Animales que habitualmente son dóciles y hasta asustadizos en su medio natural, pueden llegar a convertirse incluso en especies agresivas si creen que llevas comida encima. Algunos ejemplos son los monos cariblancos de Costa Rica, o los ciervos que habitualmente entran en contacto con turistas en los parques nacionales de Estados Unidos.
La educación es un pilar fundamental a la hora de prevenir ciertas actitudes. Sin embargo, todavía hay padres que alientan a sus hijos a alimentar animales salvajes, sea para hacer la gracia o para sacarse la foto.
Sin embargo, los niños deberían aprender desde pequeños que alimentar animales salvajes o tocarlos no significa quererlos mas. Más bien al contrario. Es respetando su espacio y sus costumbres como más demostraremos nuestro amor por los animales salvajes en libertad.
Si te ha gustado este post, puede que encuentres interesante el artículo «Turismo sostenible» y mi sección Sostenible y Solidario.