«Donde nada crece, no llueve ni fluyen los ríos…
¿saben ellos que es Navidad?».
«Do they know it’s Christmas». Bob Geldof
Ya estamos en el ecuador de la Navidad y todavía estamos dale que dale con las luces, los regalos, las comilonas, las compras… Hay quien adora estas fiestas, otros que las odian y algunos que simplemente las sobrellevan como pueden. Sea como sea, en la sección «Agenda Viajera» no podía dejar pasar la oportunidad de hablaros sobre los mercados de Navidad.
Los mercados de Navidad son la excusa perfecta para hacer una pequeña escapada a una de esas ciudades que siempre estamos posponiendo visitar. En esta ocasión vamos a dar un repaso a los mercadillos navideños europeos más concurridos.
* Madrid, España
Las coloridas casetas de la Plaza Mayor de Madrid conforman uno de los mercados de Navidad más tradicionales de la capital española.
Madrileños y turistas recorren los puestos en busca de figuritas para el belén, juguetes, artículos de broma, instrumentos musicales, dulces… todo ello es posible adquirirlo en este mercadillo que en esta ocasión celebra su IV centenario.
En una de las casetas se expone un diorama belenista, de entrada gratuita, cuya visita merece la pena.
Por el contrario, el mercado de la Plaza España acoge a marroquineros, ceramistas, joyeros, orfebres, vidrieros… Un sinfín de artesanos completan la estampa de uno de los mercadillos más visitados de Madrid.
* Núremberg, Alemania
Si hay un país con especial tradición en mercados de Navidad es Alemania. En estas fechas las calles de las ciudades germanas lucen sus mejores galas con una decoración impresionante. Nuremberg es en concreto un ejemplo especial de este tipo de mercados. Lleva organizándose desde hace más de 400 años y parece que la tradición va para largo.
Quienes visitan Nuremberg suelen optar por adquirir como souvenir las famosas galletas de miel llamadas lebkuchen, y las exitosas geröstete maldeln o almendras tostadas. Pero para combatir el frío nada mejor que el famoso vino caliente con especias conocido como glüwein. Y para los niños, nada mejor que los famosos lapiceros de colores y los entrañables juguetes de madera.
* Praga, República Checa
El atractivo del casco antiguo de Praga es el escenario perfecto para su mercadillo navideño. Si ya de por sí el centro histórico de esta ciudad es precioso, en estas fechas su encanto se ve acrecentado gracias a la luz y color que aporta la decoración navideña. Tiene especial importancia el encendido del árbol de Navidad el 29 de noviembre, ya que se crea una atmósfera increíble.
Este mercadillo navideño es el más grande del país y ofrece espléndidos y típicos souvenirs. El mercado de Wenceslao se encuentra a poca distancia de el del casco antiguo. Las marionetas tradicionales, los cosméticos hechos con cerveza, las joyas de granates, el cristal de Bohemia o el famoso licor de hierbas Becherovka son algunos de los recuerdos más característicos que podemos traernos de Praga. Los seguidores de Kafka también podrán hacerse con algunos libros del prestigioso escritor bohemio.
* Viena, Austria
Viena es el top de los tops de los mercados de Navidad. Su extensión abarca muchas de las calles y plazas de la ciudad y muchos barrios alardean de tener su propio mercadillo navideño. El espectacular decorado junto con la esmerada iluminación hacen de este mercado de Navidad uno de los más prestigiosos.
En tema gastronómico, joyas como la tarta Sacher o Sachertorte, los barquillos de avellana o hazelnut wafers y el famoso vino vienés, son algunas de las joyas que podemos encontrar en las pequeñas casetas de madera que componen el mercado de Navidad.
También son típicos en la zona todos los souvenirs relacionados con el famoso compositor y pianista austriaco Mozart. Pero sin duda un souvenir bueno, bonito y barato, son las bolas de cristal con nieve que, aunque extendidas a nivel internacional, fueron inventadas precisamente en Viena.
* Estrasburgo, Francia
Celebrándose desde el año 1570, el conocido Christkindelsmarik es uno de los mercados de Navidad más antiguo y con más solera de toda Francia. La cercanía con Alemania parece haber contagiado a la zona de Alsacia el apego a los mercadillos navideños. Tiene lugar en la plaza Broglie custodiada por el edificio de la Ópera y el Ayuntamiento de la ciudad.
La confitería es uno de los puntos fuertes de la zona, por lo que es casi obligatorio adquirir cualquier delicia de chocolate o el típico gingerbread, pan de jengibre alsaciano. Todo lo relacionado con los famosos bredschdel es también objeto de adquisición. Para niños y mayores encontraremos maquetas de las típicas construcciones de Alsacia.
* Tallin, Estonia
Nos trasladamos al medievo visitando uno de los mejores mercados de Navidad de toda Europa. Suele estar acompañado de bajas temperaturas e incluso de nieve. Esto no impide a oriundos y visitantes disfrutar de sus múltiples puestos y su magnífico ambiente. Su famoso y enorme abeto iluminado es el centro neurálgico de decenas de casetas con las más variadas maravillas a la venta.
Ropa de lana con diseños típicos de la zona ayudan a combatir el frío al mismo tiempo que podemos llevárnoslos de recuerdo. Las camisas de lino inspiradas en el folclore estonio son también un must de este mercado. Los puestos de alimentación proporcionan el aporte calórico necesario para que el cuerpo aguante a base del famoso chucrut, sopas y salchichas calentitas.
* Estocolmo, Suecia
Aquí sí que nieva, y mucho. Pero el cálido ambiente navideño que se vive en el mercado de Navidad de Estocolmo compensa las bajas temperaturas. Las castañas asadas calientan las manos y las luces decorativas guian los pies. Calles y plazas de la ciudad se llenan de casetas aunque cabe destacar un lugar en concreto. El mercado de Skansen es toda una exhibición de artesanos realizando en vivo su trabajo, lo cual hace que sea uno de los más pintorescos.
En él podemos encontrar manjares como las galletas crujientes o knäckebröd en todas sus variantes, las galletas de jengibre y las mermeladas de cloudberry. Los caramelos de regaliz salado son toda una curiosidad, ya que o los amas o los detestas. Las lovikkavantar o manoplas de Lovikka son uno de los souvenirs más demandados en los mercados de Navidad suecos. Los famosos Dala Horses son unos caballitos típicos de madera pintada. Comenzaron siendo un simple juguete pero hoy en día son todo un símbolo de Suecia.
* Zúrich, Suiza
Con más de 160 casetas, el de la estación central de Limmat es el más espectacular de los mercados de Navidad de Zúrich. Pero si buscamos el más tradicional y antiguo deberemos visitar el que tiene lugar en el centro de la ciudad. Si queremos visitar el archiconocido Singing Christmas Tree tendremos que dirigirnos a la Plaza Werdmuhleplatz, que es donde se juntan los coros para cantar villancicos.
El rey de las ventas es el chocolate, aunque para ser originales es mejor adquirir el de los chocolateros artesanos como los de Bahnhofstrasse.
Los típicos relojes-chalet de pared, los pequeños muebles artesanos e incluso las fondues, son otros objetos de deseo de los turistas que recorren los mercadillos navideños suizos.
* Bruselas, Bélgica
Bruselas no se queda a la zaga respecto a los mercados de Navidad europeos. Con 2 kilómetros de recorrido, el mercadillo navideño de Bruselas da para mucho entretenimiento. La Grand Place es el corazón del lugar y se decora con un árbol enorme. Los tops de la zona del mercado son, además del árbol, la pista de patinaje sobre hielo y la noria cuyas vistas de la ciudad cortan el aliento.
En los puestos del mercado podemos encontrar los famosos speculoos o galletas crujientes con especias y azúcar moreno. También son típicos los objetos hechos de encaje y puntillas, delicados y fáciles de llevar. Los amantes de los cómics no pueden abandonar la ciudad sin un ejemplar de Brüsels. Las pequeñas reproducciones del Manneken-Pis tampoco nos serán difíciles de encontrar.
* Copenhague, Dinamarca
Aunque haga frío y oscurezca pronto, los daneses no se achican a la hora de salir a hacer sus compras navideñas. El mercado de Navidad de Tivoli Gardens ofrece a los turistas la oportunidad de unirse a los lugareños sin miedo a la temperatura. La única pega es que para acceder al mercadillo hay que pagar la entrada a los jardines. En este enlace podéis ver precio y horarios.
Los artículos más típicos para adquirir en los mercadillos navideños daneses son las prendas de punto. Las flødeboller son unas pequeñas bolitas de chocolate o mazapán rellenas de crema o merengue, aunque las posibilidades son infinitas. Los juguetes Lego los inventó un carpintero danés en 1930, así es que son el regalo imprescindible para acertar con los niños. Tallas de madera y vasos de cerveza Carlsberg completan esta colección de souvenirs daneses.
* Budapest, Hungría
Los mercados navideños húngaros son de lo mejorcito que se puede encontrar en Europa. Budapest, la hermosa capital de Hungría, ve todavía más acrecentado su encanto en estos días de jolgorio navideño. El mercadillo más grade es el de Vörösmarty tér, que tiene lugar en la calle Vaci Utca. Es la ocasión perfecta para probar las maravillas de la gastronomía húngara.
Un buen ejemplo serían los pasteles-chimenea o Kurtos Kalacs, acompañados de un buen vino Tokaji o un licor Palinka o Unicum. Las camisas bordadas tradicionales son uno de los souvenirs más demandados, así como los huevos pintados y las muñecas con el traje típico.
Para los niños, el cubo Rubik que fue precisamente inventado en Hungría. Un regalo único y especial puede ser una colorida Caja Secreta Húngara». Se suele utilizar como joyero, ya que es difícil abrirla si no se conoce el truco.
En fin, pues con todas estas ideas ya podemos ir haciendo las maletas para hacer una pequeña escapada.
Y para ayudar a quienes no lo pasan tan bien en estas fechas,
haz un regalo azul de Unicef o Colabora con Help-Na, ayuda al refugiado.
… en estas fechas… y en todo el año.
Muy bonitas las ciudades, pero el incremento energético por el tema del alumbrado es desproporcionado.
No te falta razón, Noski!