«La escultura es el arte de la inteligencia».
Las esculturas que podemos encontrar paseando por Singapur provocan todo menos indiferencia.
Cada vez que doblas una esquina te espera una agradable sorpresa. Hoy van a ser nuestras protagonistas de la sección «Viajar es Cultura».
Para cualquier persona amante de la escultura resulta un doble placer pasear por sus calles, ya que casi cualquier rincón de la ciudad está adornado por esculturas modernas, clásicas, mas o menos conocidas, y de cualquier modo interesantes.
Por ejemplo el barrio de Quay. Está plagado de esculturas, algunas de ellas tan reconocidas como el «Homenaje a Newton» de Salvador Dalí o el «Bird» de Botero.
La escultura «First Generation» es, de entre todas las esculturas de Singapur, una de mis favoritas.
Simula de una manera muy original como unos niños saltan al agua y la verdad es que el efecto es muy logrado.
El «Merlión» es una de las esculturas más famosas y, aunque sobre gustos no hay nada escrito, a mí precisamente es una de las que menos me gustó. Tiene el dudoso honor de ser seguramente la más fotografiada por los captores de «must have» fotográficos. Realmente se diseñó hace años por un miembro de la junta de turismo de la ciudad para utilizarlo como logotipo.
Los jardines temáticos de La Marina también están repletos de sorpresas, así como los dos inmensos Domes (jardines botánicos con unas impresionantes cubiertas a modo de modernos invernaderos), que están junto a ellos.
Algunas de estas esculturas son enormes, como «Planet», en los jardines de la Marina. Otras en cambio, por pequeñas o por camufladas, hay que estar muy atento para no perdérselas.
Por último, y aunque hay muchas mas, aquí os dejo otra de mis esculturas de Singapur preferidas. Se trata de «La famille de voyageurs» del artista Bruno Catalano. ¡Es fantástica!
Ah, y si piensas visitar Singapur, te apasione o no el arte de la escultura, no te olvides de echar un vistazo a la mini-guía práctica «Singapur, multicultura y modernidad».