Nosotros veníamos del sur tras haber visitado el Fish River Canyon.
La noche anterior a llegar a Sesriem dormimos en Bethanie. Esto acortó bastante nuestro camino desde el Fish River Canyon. El alojamiento elegido fue el Bethanie Guest House. Esta casa de huéspedes tiene historia, ya que es una de las más antiguas de Namibia y fue construida originalmente antes de 1880.
Bethanie es una población pequeña, pero está ubicada en un lugar estratégico a medio camino entre el maravilloso Fish River Canyon, el imprescindible Sossusvlei y la turística y portuaria ciudad de Luderitz.
Al llegar a Sesriem nos hospedamos en el Sesriem Camp. Aunque sencillo, este campamento suele estar muy concurrido debido a su ubicación. Está situado justamente al lado del camino de acceso a Sossusvlei y Deadvlei, y junto al cañón de Sesriem. Esto hace que sea imprescindible reservar con antelación.
El precio de la entrada es de N$80, y se adquiere en la oficina principal del parque, situada en Sesriem.
Llegamos todavía de noche. Quienes nos hospedábamos en el Sesriem Camp teníamos la ventaja de poder ir antes que el resto de turistas. El motivo es que ya nos encontrábamos dentro del parque. En cambio, los que llegaban de fuera tenían que esperar a que abrieran la barrera al amanecer.
Pero mereció la pena. Ver amanecer desde la Duna 45 es sin duda una vivencia indescriptible.
Conforme el sol va subiendo, las dunas van cambiando de color y el frío de la noche va dejando paso al calor del nuevo día.
Y tras una experiencia, otra. Bajar corriendo y rodando la duna por su lado más inclinado…
… ¡es super-divertido!
Eso sí… al terminar notaréis que vuestros pies pesan el triple, así que tendréis que vaciar vuestro calzado de arena.
Volvimos al parking y continuamos con nuestro coche camino de Deadvlei.
Tan solo un apunte. Los 300 metros de altura de la duna 45, aunque imponentes, no pueden competir con la duna 7, que con sus 380 metros de altura, es la duna más alta del mundo.
Deadvlei
Desde allí se toma un shuttle para recorrer los 4 kms restantes hasta el parking de Deadvlei. El precio ida y vuelta hoy en día es de N$110.
Si vuestro vehículo es 4×4 podéis llegar vosotros mismos hasta el parking de Deadvlei. Eso sí, es mejor si se tiene experiencia, ya que en algunos tramos la arena se hunde bastante.
Para llegar a Deadvlei una vez en el parking, falta caminar poco más de 1 km.
Deadvlei significa «laguna muerta». Un salar blanquecino y árido es el único testigo de que un día el agua existió en este lugar.
Esqueletos de acacias silenciosas ven rota su paz ante las hordas de turistas que las visitan cada día.
Si como yo sois amantes de los desiertos y los paisajes desolados, Deadvlei os dejará sin palabras.
El blanco cegador de su sal en contraste con el azul del cielo raso y las enormes dunas naranjas, componen todo un espectáculo tan fantástico como surrealista.
El hecho de haber madrugado tuvo su recompensa. Poder disfrutar casi a solas durante unos instantes de este maravilloso lugar resultó ser todo un privilegio.
Qué paz…
… hasta que empezó a llegar todo el mundo, claro. Momento de irse.
Como el ticket de vuelta del shuttle no tiene hora concreta, si se quiere se pueden inspeccionar los alrededores e incluso subir a las dunas que rodean Deadvlei.
Tip: A la hora de aprovisionaros de agua, tened en cuenta que durante el día en el desierto se alcanzan temperaturas muy altas. Pero es que a esto hay que sumarle que las caminatas por las dunas pueden resultar bastante arduas. El Sesriem Camp es el último lugar en el que podréis haceros con unos litros. Si tenéis interés en el tema podéis echar un vistazo a mi artículo El agua en los viajes.
Ya de regreso, el paseo en el propio shuttle nos permitirá hacernos una idea de la panorámica de Sossusvlei.
Además de paisajes de otro planeta, también es posible encontrar animales salvajes como avestruces y oryx.
Tras bajar del shuttle, recuperamos nuestro coche y disfrutamos de la carretera de vuelta a Sesriem.
Ah, y otro atractivo añadido! Si continuáis unos pocos kilómetros más al norte, podréis tomaros una foto en el Trópico de Capricornio.