Si queréis conocer Nueva Zelanda al máximo, lo más recomendable es visitar ambas islas, ya que la isla norte y la isla sur son muy diferentes. Se puede cruzar en ferry las islas de Nueva Zelanda, o sobrevolar el estrecho de Cook en avión.
Cruce de islas… ¿en ferry o en avión?
*Ventajas del avión: Las tarifas son económicas, unos 55 euros por persona, y el vuelo es bastante corto, una media hora. También es una ventaja elegir el avión en caso de querer llegar directamente a lugares de la segunda isla alejados del estrecho de Cook, como pueden ser Christchurch o Queenstown en el caso de la isla sur, o Rotorua y Auckland en el caso de la isla norte. Es, por lo tanto, la mejor opción si no se dispone de mucho tiempo.
*Inconvenientes del avión: Tendréis que devolver el coche y alquilar otro en destino. Esto supone papeleo y no siempre un ahorro en el presupuesto del auto. También es una pena perderse los preciosos fiordos de Malborough que se divisan en el trayecto en ferry.
*Ventajas del ferry: Cruzar en ferry las islas de Nueva Zelanda tiene numerosas ventajas. Por ejemplo, 97 kilómetros de vistas panorámicas durante 3 horas de navegación. Poder transportar a la otra isla el mismo vehículo que estabais manejando hasta ese momento. Precio excelente, por ejemplo, por cruzar en ferry las islas de Nueva Zelanda 2 personas + 1 coche = 136 euros.
*Inconvenientes del ferry: Inconvenientes ninguno. Si que es cierto que no os convendrá esta opción si vais directos a ciudades alejadas del estrecho de Cook como Auckland, Rotorua, Christchurch o Queenstown.
¿Transportar el coche en el ferry o devolverlo?
Supongamos que habéis decidido cruzar en ferry las islas de Nueva Zelanda. Bien, hay quien aun así prefiere devolver el coche de alquiler en la primera isla y rentar otro en la segunda. Esa era nuestra idea inicial, pero cuando lo estudiamos y comparamos realmente vimos que no nos merecía la pena. La diferencia de presupuesto era mínima y no nos compensaba la pérdida de tiempo y el papeleo que teníamos que hacer en cada una de las 2 oficinas de rent-a-car. Por lo tanto, decidimos que el coche cruzaba con nosotros.
Reservando el ferry
Se tarda 3 horas en cruzar en ferry las islas de Nueva Zelanda. El estrecho de Cook separa la isla norte de la isla sur. Existen dos compañías que efectúan este trayecto, Bluebridge e Interislander. Nosotros nos decidimos por la primera porque nos salía más barato. Al cruzar de la isla norte a la isla sur, nuestro trayecto era, por lo tanto, Wellington-Picton.
En las páginas oficiales, al reservar observaréis que os pide: número de personas, tipo de vehículo (coche, autocaravana…) y medida aproximada del mismo. También si lleváis algún remolque. Además os pregunta si queréis camarote, lo cual, viajando de día y sólo por 3 horas, no nos parecía necesario. En base a todo lo mencionado os calcularán una tarifa y ya podéis comparar entre ambas compañías. Se puede reservar sólo ida o ida y vuelta, pero también podréis elegir si queréis una tarifa más o menos flexible y/o reembolsable, lo cual también hará variar el precio. El equipaje permitido dentro del vehículo no está limitado.
Tip: Os aconsejo que reservéis vuestro billete para cruzar en ferry las islas de Nueva Zelanda con la máxima antelación posible para que podáis elegir el horario que más os convenga. Este consejo está especialmente indicado en temporada alta, de diciembre a marzo, ya que es cuando la gente local tiene sus vacaciones.
Embarcando
Tip: Antes de nada es muy importante asegurarse bien de qué muelle parte vuestro ferry, ya que cada una de las dos compañías tiene adjudicado un lugar distinto. En el caso de Bluebridge, se sale de Queens Wharf, y la compañía Interislander lo hace desde Aotea Quay. Cuando se viaja con un vehículo, se puede ir directamente al check-in de vehículos y no es preciso visitar la terminal de pasajeros.
Mientras se espera para embarcar hay que hacerlo, si es el caso que nos ocupa, dentro del coche, en unos carriles que están numerados. Según vuestro tipo de coche, os indicarán en qué número de carril tenéis que colocaros para efectuar el embarque, tal y como se ve en la foto.
Una vez dentro del ferry, también os indicarán dónde dejar el coche. Después ya podéis ir a buscar un lugar en el que sentaros. Tenéis desde salitas pequeñas con sillones a salas más grandes con vistas e incluso con alguna proyección. Los pasajeros pueden entrar y salir libremente a la cubierta. En el ferry hay baños y un pequeño bar.
Y ya sólo os queda disfrutar del paisaje. En nuestro caso, decirle adiós a Wellington…
… y saludar con reverencia a los fiordos de Malborough.
Desembarcamos puntualmente en Picton y pusimos rumbo a nuestro anhelado Parque Nacional Abel Tasman.