Llegamos a Singapur procedentes de Koh Lipe y, la verdad, después de haber estado una semanita relajados en la playa, nos daba bastante pereza aterrizar en una ciudad. Pero sin duda nos esperaba una agradable sorpresa.
Desde que conozco Singapur, se ha convertido en una de mis ciudades favoritas. Singapur es una ciudad que combina tradición y modernidad a la perfección. Una amalgama de diferentes culturas convive en un país relativamente pequeño: 717 km cuadrados. Su población ha crecido desmesuradamente en los últimos años. 7720 personas por kilómetro cuadrado es una densidad nada desdeñable. La ciudad en sí es al mismo tiempo un ejemplo de orden y limpieza. Las multas por hacer casi cualquier cosa considerada incívica seguramente tengan algo que ver en ello.
Aunque de por sí Singapur no es una ciudad barata, no cabe duda de que siempre se pueden encontrar opciones o planes B para casi todo. Existen excepciones como el alojamiento, que puede resultar algo caro si vas en plan mochilero. Si estas pensando en los precios que hayas podido encontrar en otros países del sudeste asiático como Tailandia o Camboya etc, olvídate.
Estás en Singapur, y hasta el youth hostel mas barato puede resultar caro si estas acostumbrado a los precios tirados. Si tienes inclinación por el café o la cerveza, también te darás cuenta de que la cosa tiene su dificultad.
Poder tomarte un buen café a un precio proporcional puede convertirse en un reto. En algún food-court con cafetera y en contadas cafeterías es posible que no te endiñen el famoso white coffee. El white coffee es una especie de Nescafé que ya viene mezclado de fábrica con leche en polvo y azucar. En el food-court de Chinatown, sirven «café-café» delicioso y barato.
Capítulo aparte merece la cerveza. No voy a entrar en el tema de si son mejores o peores a las que estamos acostumbrados. En general por estos lares son bastante suaves pero para gustos los colores. Lo que sí os diré es que es difícil encontrar una lata de tamaño normal por menos de 2 euros. Se puede dar la paradoja de que si la cerveza te resulta insustituible, termines pagando mas por la bebida que por la comida, ya que en los food-courts se puede comer fácilmente por 2 euros por persona.
Aunque Singapur tiene un transporte público destacable, seguro que vais a andar mucho. La mayoría de los lugares de interés están separados por distancias medias, por lo que muchas veces decidiréis ir andando al lugar antes que a la parada mas cercana. Tanto los autobuses como el metro funcionan a la perfección. Este último es además un ejemplo a seguir de limpieza, organización y carteles explicativos.
Al llegar al aeropuerto podrás coger allí mismo el MRT (metro-rail). El ticket se compra en una máquina y cuesta según el lugar al que vayas a ir. Si vas por ejemplo al Downtown o a Chinatown desde el aeropuerto te puede costar unos 2,70 SGD, unos 1’80€. Un taxi al centro te costará unos 20 SGD.
* Singapur en tres días
Día 1 Llegamos a Singapur desde Koh Lipe y nos dirigimos directamente a nuestro alojamiento, el 5footway.inn Project Ann Siang. Precio medio y muy buena ubicación en Chinatown. Más que un hotel tiene toda la apariencia de un hostel, aunque de todas formas debo decir que estuvimos encantados. Es posible encontrar algo mas barato, como los hoteles cápsula y las habitaciones compartidas, pero en general, el alojamiento es una de las cosas en las que no podréis ahorrar mucho en Singapur.
Nada mas acomodarnos nos fuimos a comer algo. Como nuestro alojamiento estaba en pleno Chinatown, fuimos directos al food-court. Objetivo: comer estilo local, barato y bien. Situado junto al Templo del Diente de Buda, esconde una joya. El Hong Kong Soya Sauce Chicken and Noodle.
Este pequeño puesto de comida sencilla ha sido galardonado en el año 2016 con una estrella Michelín. Lo distinguiréis fácilmente porque siempre hay una larga fila de gente esperando. De todas formas desde mi punto de vista, tenéis muchos otros puestos con comida con igual de buena pinta. Será vuestra opción esperar o desertar.
Después de comer fuimos a visitar el famoso Templo de la Reliquia del Diente de Buda. La visita es gratuita. Si tenéis suerte podréis pillar a los monjes en plena ceremonia.
Como en prácticamente todos los templos, sean de la religión que sean, no se permite el acceso con los hombros al descubierto. En la entrada os facilitaran con qué cubriros en caso de necesitarlo. Hay bastante gente que no se da cuenta y concluyen la visita al templo sin haber accedido a la cuarta planta. Es donde se encuentra la reliquia del diente de buda, aunque no se puede fotografiar.
Ya que estáis por el barrio chino, podéis dar una vuelta por el mercadillo callejero. También hay decenas de tiendecitas en las que venden algunos objetos y comidas de lo mas extrañas.
Si, al igual que nosotros, tenéis claro que quereis dedicar un día a visitar los Gardens by the Bay, los jardines mas famosos de Singapur, podéis aprovechar para adquirir la entrada en la oficina de Información Turística. Está justo entre el Templo del Diente de Buda y el Food Court. Os ahorrareis 3 SGD por cabeza ya que es mas barato que en la taquilla de los Gardens. También aprovechando la ubicación, podéis visitar el Sri Mariamman Temple.
Se trata de un templo hindú de lo más colorido y, habitualmente, suele estar bastante concurrido. Lo encontrareis en la misma calle que el Templo del Diente de Buda.
Por la tarde nos fuimos a pasear por Clarke Quay. Es un barrio de contrastes. Casas pequeñas bordeando el río junto a ostentosos rascacielos. Muy pintoresco. Está repleto de restaurantes y marisquerías, eso sí, los precios no tienen nada que ver con el de los food-court, sino que tiran mas bien a los estándares europeos.
Se llega en la linea morada del MRT. Al final del paseo de Clarke Quay encontrareis numerosos bancos, por si todavía no habéis cambiado dinero o por si ya os habéis dado cuenta de que no es suficiente con lo que habíais sacado.
Justo al lado se encuentra la zona de los edificios oficiales. Muchos de ellos son de estilo colonial. Encontrareis el Parlamento, la sala National Gallery, la Iglesia de St.Andrew… vamos un conjunto arquitectónico y unos jardines preciosos en los que tumbarse un rato a la sombra si vuestros pies ya empiezan a echar humo.
Si como yo sois amantes de las esculturas, esta zona os resultará de lo más interesante. Pueden encontrarse esculturas de Botero, de Dalí… y también unas cuantas dedicadas a los primeros pobladores de Singapur. Vamos, una delicia para los amantes de este arte. Si os interesa profundizar en este tema, podéis visitar el post «Esculturas de Singapur«.
Si os apetece hacer un pequeño crucero fluvial, podéis contratarlo con Singapore River Cruise. La taquilla la encontraréis en el barrio de Quay, justo al lado del Puente Cavenagh. Podéis tomar como referencia la escultura First Generation.
Al final del paseo podréis encontrar hordas de turistas sacándose fotos con el Merlión. Es una fuente con forma de león-pez que escupe agua y que hace las delicias de los cazadores de fotos «must have», ya que es uno de los iconos de la ciudad.
Si ya estáis en el Merlión, ya estáis también visualizando el Marina Sands Bay, el hotelazo por excelencia de Singapur y otro de los iconos de la ciudad. Si os hace ilusión subir pero no queréis pagar los aproximadamente 20 SGD que vale, siempre podéis probar a tomaros algo en la cafetería de la azotea. La infinity-pool que hay en lo alto es una de las mas famosas del mundo. Sólo es accesible para clientes del hotel.
También desde el propio Merlión se puede ver la Singapore Flyer, una de las norias más altas del mundo.
Si estáis ya acalorados, podéis entrar al centro comercial que hay bajo el Marina Sands Bay. Es un espacio enorme, con casi todo boutiques de primeras marcas. Lo mejor, el aire acondicionado. Por lo menos podréis avanzar un buen trozo paralelos al paseo pero a la fresca.
Según la hora que se os haya hecho, igual os merece la pena esperar para ver el espectáculo de luz y sonido que hay todos los días a las 20:00 y a las 21:30 (los viernes y los sábados también a las 23:00). Dura unos 12 minutos y es bastante entretenido. Allí mismo, fuera del Centro Comercial del Marina Sands, veréis que hay unos bancos para sentarse a verlo.
Tras disfrutar del espectáculo, decidimos volver al alojamiento ya que, como habéis podido comprobar, nuestro primer día fue bastante completito.
DIA 2:
Como ya he explicado antes, el día anterior habíamos comprado ya las entradas para los Gardens by the Bay. El precio fue de 25 SGD, pero en la taquilla valía 28.
Para llegar allí, tenéis que coger el metro, línea azul, y bajaros en la parada Bayfront.
Con esta entrada se pueden visitar los dos «domes». El Flower Dome y el Cloud Forest Dome. Son realmente sorprendentes. No hace falta ser un gran amante de la botánica para disfrutar de esta maravilla creada por la mano del hombre.
De todas formas, recomiendo dejar estas dos atracciones para las horas de mas calor y aprovechar las horas mas tempranas y mas tardías para ver los jardines de los alrededores, que son gratis. El jardín colonial, el jardín malayo, el jardín indio, el chino, etc.
En la entrada os entregarán un plano para que os aclaréis mejor, pero si queréis llevar algo de información de manera anticipada, os podéis descargar ya mismo la App «Gardens by the Bay» para ir haciéndoos una idea de lo que os vais a encontrar y os podáis distribuir bien el tiempo.
En medio del conjunto de los jardines temáticos está ubicado el Supertree Grove, un conjunto de árboles artificiales espectaculares.
La entrada es gratuita (excepto en diciembre si entras a partir de las 15.00 h porque coincide con un espectáculo navideño), pero si quieres subir a la pasarela que une sus copas, son 5 SGD y la entrada se compra allí mismo.
A las 20:45 y a las 21:45 hay un espectáculo gratuito de luz y sonido que merece la pena ver, aunque también podéis verlo desde la calle ubicándoos en los aledaños del hotel Marina Sands Bay. En los Gardens hay varios restaurantes, a precios europeos.
DIA 3: El último día estuvimos barajando varias opciones. Descartamos el tema de los parques temáticos pero si sois muy afines a ellos, debéis saber que podéis disfrutar de Legoland y del Universal Estudios en Sentosa Island. Es el lugar favorito de muchos de los habitantes de Singapur para disfrutar el fin de semana. Se trata de una isla con varias atracciones ademas de alguna playa donde completar la jornada. Se puede llegar fácilmente ya que está muy bien comunicada.
Nosotros optamos por visitar los barrios que todavía nos faltaban de ver, como por ejemplo el barrio árabe o Kampong Glam. Lo principal para visitar en este barrio es la Mezquita del Sultán. Si lleváis brazos o piernas descubiertos, os pondrán unos curiosos trajes a las mujeres y una especie de pareo a los hombres. Como siempre, se trata de una cuestión de respeto en los templos.
Partiendo de la puerta de la mezquita encontraréis Bussorah Street. Es una calle peatonal repleta de pequeñas tiendas de lámparas, alfombras y recuerdos en general, algunos relacionados con el mundo árabe y otros no tanto. Sus locales y sus fachadas coloridas le dan un aire pintoresco.
Desde allí fuimos andando hasta Bugis Street. Se trata del distrito comercial mas grande de Singapur. Tiene muchísimas tiendas y un mercado de día y de noche.
Nosotros lo disfrutamos mucho, aunque la verdad es que nos coincidió con vacaciones de los locales y había muchísima gente. Podéis encontrar food courts en los que comer, tal y como hicimos nosotros. Hay multitud de puestos de comida a muy buen precio y de excelente calidad. Debo añadir por si hay alguien escéptico, que nosotros comimos continuamente en puestos callejeros, zumos incluidos, y en todo el viaje por Malasia y Singapur no nos pusimos malos ni nada nos sentó mal en ningún momento.
El plan que teníamos a continuación era visitar Little India. Como hacía tanto calor, renunciamos y nos metimos en Suntec City.
El Complejo Suntec City es un centro multiusos con cinco torres de oficinas, cuatro de ellas de 45 pisos, un centro comercial llamado Suntec City Mall, un centro de convenciones y una gran fuente la Wealth Fountain que en sus buenos tiempos era un lugar icónico de la ciudad pero que hoy en día se ha quedado un poco desfasada ante el brillo de las nuevas atracciones. Si vais en metro, la parada es Esplanade.
Realmente no es un lugar que nos pareciera que merezca la pena, pero tras caminar horas y horas con un calor asfixiante nos apetecía un poco de aire acondicionado (jamás pensé que diría esto) y tomar algo fresquito. Hay que reconocer que también nos atraía su famoso cine en 7D, pero como teníamos el vuelo esa tarde, estábamos ya inquietos y no queríamos arriesgarnos.
Como ya nos conocíamos el metro perfectamente ya que es muy fácil y está muy bien explicado, volvimos al alojamiento y desde la parada de Chinatown tomamos el metro hasta el aeropuerto haciendo un par de transbordos y ahorrándonos así el taxi.
Resumiendo nuestra experiencia en Singapur ha sido muy buena. Es recomendable para todos los públicos, familias, parejas, da igual. Sus múltiples atracciones, su variedad cultural y su seguridad, hacen que sea un destino Top.