La seguridad en Madagascar es un factor a tener en cuenta si nos estamos planteando pasar allí nuestras vacaciones.
La seguridad en Madagascar ha ido cambiando a la par que el propio país. Debido a ello, es cierto que algunos años atrás la isla roja era un lugar más seguro. Con el tiempo, la sobreexplotación de algunos lugares ha traído consecuencias. Mucha gente ya no pueden vivir de lo que vivían antes en sus poblaciones de origen, teniendo que emigrar a las ciudades a buscarse la vida. Esto no es nada nuevo, porque sucede en muchísimos países.
Esto ha provocado que estos extranjeros vivan en villas de lujo de barrios residenciales mientras que sus trabajadores tengan que conformarse con sobrevivir en muchos casos con sueldos míseros. Semejante situación ha traído como consecuencia que uno de los delitos más frecuentes sea el asalto a dichas villas.
Estos robos no se producen al azar, sino tras un estudio premeditado del comportamiento de los dueños y un cálculo previo de la posible cuantía del botín. En principio, este tipo de delincuencia no afecta al turista.
La Reserva de Ankarana se visita principalmente para ver los fantásticos tsingys. Bien, pues busquemos tsingys en otro sitio. Nosotros optamos por visitar los tsingys de Bemaraha y son una auténtica maravilla. Según nuestra experiencia, el lugar no podía ser más seguro y tranquilo. Además, en vuestro camino cruzaréis la famosa Avenida de los Baobabs, por lo que el viaje será doblemente aprovechado.
En cuanto a Montagne d’Ambre, al igual que otros lugares del norte de Madagascar, por desgracia roza el límite de la explotación turística. Vuelos directos llegan desde Francia al aeropuerto de Antsiranana (antiguo Diego Suárez) y hacen que esa zona tenga más turismo que otros bellos lugares del país. Os recomiendo que escojáis otras zonas de la isla menos explotadas turísticamente. En mi página Madagascar en coche, recorriendo la isla roja, podéis tomar como ejemplo la ruta que hicimos nosotros.
Comprobaréis que es de lo más variada y completa y que recorre lugares bellísimos sin necesidad de pisar los enclaves más masificados, y por ende, con más riesgo de percance. En ninguno de los parques y reservas que recorrimos tuvimos ningún tipo de problema con la seguridad en Madagascar.
Nuestra experiencia fue enriquecedora desde el punto de vista social, ya que por la tarde regresan los pescadores de faenar y las mujeres y los niños clasifican el pescado y arreglan las redes. Es como pasear por un documental. Si caminamos por la playa siendo discretos en comportamiento y vestimenta, las sonrisas se cruzaran de continuo con nosotros. Por nuestra parte, hacemos extensiva la seguridad en Madagascar a sus playas.
Los niños en ocasiones nos perseguirán tratando de vendernos algún recuerdo, pero nada más. Recordad siempre que la actitud de respeto debe ser nuestra prioridad. El tema de las fotografías no es acogido por igual por todo el mundo, así es que tendremos que valorar nosotros mismos si decidimos pedir permiso o arriesgarnos a que alguien pueda sentirse molesto. Los niños son sin duda quienes más contentos se ven cuando les fotografían, sobre todo si después les enseñáis la foto.
Otra recomendación casi obligatoria en Tana, es no caminar de noche por las calles. Se considera de noche a partir de las 6 p.m. aproximadamente.
En ciudades más pequeñas como Antsirabe o Diego Suarez, se puede caminar hasta más tarde pero siempre en zonas con movimiento. En Antsirabe los cajeros automáticos tienen vigilancia de seguridad 24h.
Por lo demás, lo de siempre. Evitar las zonas oscuras, especialmente de noche. Si tenéis un guía o conductor, dejaos aconsejar. En caso de no tenerlo, pedid consejo en vuestro alojamiento de cada lugar.
Desgraciadamente en Madagascar existen muchos locales, tiendas, hoteles y restaurantes en los que no se puede pagar con tarjeta. Esto hace que en ocasiones viajemos con más dinero en efectivo del que nos gustaría llevar encima. Tratad de llevar el dinero repartido en varios lugares. También podéis hacer uso de gadgets con compartimentos, como cinturones o latas de bebida. Os recomiendo que le echéis un vistazo al post «Esconder el dinero en los viajes».
En caso de que no hayáis conseguido evitar que os roben, la recomendación «oficial» es acudir a la policía o la gendarmería, tomar nota del número de la denuncia (o mejor aun si conseguís un resguardo), y declarar objetos y documentos robados. Incluso recomiendan llamar al consulado. Yo recomiendo denunciar especialmente en caso de que os roben el pasaporte.
Ahora bien, si el robo simplemente os ha dejado sin unos cuantos billetes, os aconsejo que no perdáis el tiempo que conlleva una denuncia. Olvidaos de la justicia malgache, lenta y habitualmente corrupta. Será casi imposible que recuperéis lo que era vuestro.
En cuanto a dejar dinero en el alojamiento, procurad hacerlo en un buen escondite, bajo llave en la maleta, o en la caja fuerte si la hubiera.
En el extraño caso de sufrir un robo con agresión, no opongáis resistencia. Adoptad una actitud desprovista de cualquier movimiento brusco, gritos y palabras inútiles. Llevad siempre en un lugar fácil de encontrar una pequeña cantidad de dinero para evitar una reacción frustrada de los ladrones.
Nuestra experiencia en cuanto a la seguridad en Madagascar se resume en tranquilidad pero sin bajar la guardia. Nosotros no sufrimos absolutamente ningún percance pero, no obstante, nunca dejéis de ser precavidos ni en vuestra propia ciudad.