TSINGYS DE BEMARAHA

El Parque Nacional de los Tsingys de Bemaraha está situado en la región de Melaky, al oeste de Madagascar. Tiene una superficie total de más de 150.000 ha. y está considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1990. En 1997 se convirtió en Parque Nacional y al mismo tiempo se protegió la zona norte como Reserva Natural Integral Estricta.

Tsingys de Bemaraha entrada

Entrada al Parque Nacional de los Tsingys de Bemaraha

Esto significa que es un área restringida donde está prohibido el acceso. Tan sólo es posible con una autorización especial que habitualmente se concede a científicos y estudiosos en general. El acceso al público se permite en la zona sur.
Tsingys de Bemaraha

La zona sur está abierta al público en general. La zona norte es de acceso restringido

¿Qué son los tsingys?
Los tsingys son mesetas kársticas. Durante millones de años, la continua erosión de los elementos ha ido moldeando las tierras elevadas tanto de manera horizontal como vertical. De este modo, las zonas más duras han ido quedando talladas en forma de grandes agujas.
Tsingys de Bemaraha

El desgaste de los elementos ha ido tallando formas increíbles

Entre los pináculos se pueden encontrar cavernas y grietas. En los tsingys no es posible caminar por cualquier sitio, sino que los caminos están marcados para evitar daños en el lugar y accidentes en los visitantes. La mano del hombre ha completado el trabajo con puentes colgantes, cuerdas y rústicas barandillas. 
Tsingys de Bemaraha

Tsingy significa «pináculo» o «puntiagudo», no es de extrañar, ¿no?

Los Tsingys de Bemaraha son los más grandes de la isla roja, por delante de la reserva de Ankarana, ubicada más al norte.

La fauna y la flora
La fauna comprende un centenar de especies de aves, cinco de murciélagos, una treintena de anfibios y reptiles, varias mariposas endémicas y once especies diferentes de lémures.
Tsingys de Bemaraha

Más de una treintena de anfibios pueblan la zona de los tsingys

La vegetación también destaca por su originalidad, ya que gran parte de ella es endémica. Un alto porcentaje de plantas tienen espinas para preservar el agua y otras tantas han ensanchado su tronco con el mismo fin.
Tsingys de Bemaraha

La vegetación está plagada de especies endémicas

Cómo llegar 
El parque nacional de los Tsingys de Bemaraha es de difícil acceso. Su apertura también depende de la accesibilidad de la carretera entre Morondava y Bekopaka, que es generalmente posible entre los meses de abril y noviembre. Se puede ir en coche por una carretera secundaria donde una parte está siendo reparada, y por una segunda carretera en muy mal estado.
Tsingys de Bemaraha

La carretera entre Morondava y Bekopaka es un camino de barro sin asfaltar

– Por carretera. El trayecto desde Antananarivo hasta Morondava es un viaje de 600km. 100 de ellos son por carretera secundaria. Desde Morondava el camino ya es de tierra, y sólo accesible en 4×4 desde abril a noviembre. El resto del año es casi impracticable debido al barro formado por las lluvias. Es un viaje de 200 km por carretera, unas 8h en 4×4. Hay que cruzar el río Tsiribihina (nombrado patrimonio de la humanidad el 22 de mayo de 2017) y el río Manambolo en coche. Esto se hace montando el automóvil en un transbordador. 
Tsingys de Bemaraha

Transbordador del río Tsiribihina a la altura de Bêlo Tsiribihina

– En canoa. El descenso del río Manambolo durante 3 o 4 días en una barca puede sonar idílico. Y probablemente lo sea según lo aventureros que seáis. Pero para ello, primero hay que llegar hasta Akavandra, que es de donde parten las excursiones. La «pequeña» pega es que sólo se puede llegar en avión. Si os lanzáis, viviréis sin duda una gran aventura. Sed precavidos con vuestros objetos personales más valiosos y armaos con crema solar, repelente de mosquitos, gorro y gafas de sol. El descenso culmina en Bekopaka, entrada sur de los Tsingys.

Tsingys de Bemaraha

Río Manambolo

Si en lugar de descender el río Manambolo elegís el río Tsiribihina la cosa cambia. Se parte de Miandrivazo, así es que para ello tendréis que hacer casi 400 kilómetros por carretera. Recordad que el número de kilómetros en Madagascar es meramente anecdótico, ya que los trayectos es mejor medirlos en tiempo.
Tsingys

El camino entre Morondava y Bekopaka está lleno de viandantes, baches, animales y todo tipo de obstáculos

Una vez en Miandrivazo se toma el bote a motor y se llega a Bêlo Tsiribihina. Desde allí ya «sólo» os quedarán 4 horas en 4×4 hasta Bekopaka (Tsingys), teniendo que cruzar también el Manambolo en la plataforma (si es que la han arreglado y devuelto al río). Podéis enteraros si la plataforma funciona contactando con algún hotel de Bemaraha.
Tsingys

Río Tsiribihina

Alojamiento
Tras estudiar y comparar los alojamientos de Bekopaka nos decidimos por el hotel L’Olympe du Bemaraha. Su ubicación es ideal, prácticamente en la entrada de los Pequeños Tsingys. Tiene piscina y un buen restaurante. Además, se adapta a casi todos los bolsillos porque tiene diferentes tipos de alojamientos y, por lo tanto, diversos precios.
Tsingys

Hotel L’Olympe du Bemaraha

Nuestra anecdótica llegada
Ya habíamos cruzado el Tsiribihina estábamos casi en Bekopaka. Casi.  Tan solo nos faltaba cruzar en coche el río Manambolo. Entonces llegó nuestro momento fatídico del viaje. La plataforma en la que había que cruzar el vehículo había sido arrastrada tierra adentro por la crecida del río en las últimas lluvias. Y allí estaba, encallada a bastantes metros de la orilla.
Tsingys

El transbordador del Manambolo en Bekopaka permanecía encallado desde la última crecida

En un lugar tan remoto y con tanta escasez de medios, devolver la plataforma al agua era todo un desafío, así que allí se había quedado. No pudimos cruzar el coche. Nuestro 4×4, alquilado exclusivamente para poder llegar a los Tsingys, no pudo completar su misión.
Tsingys

Nuestro coche se quedó al otro lado del Manambolo

Coche y chófer se quedaron allí mientras nosotros cruzábamos el río en una barca rumbo a nuestro destino. Y mientras navegábamos nos preguntábamos cómo íbamos a hacer para llegar hasta el hotel, y peor aún, para recorrer los 18 kilómetros que separan Bekopaka de los Grandes Tsingys.
Tsingys

Esta maestra nos pidió que la acercáramos en nuestro coche a Bekopaka

Al llegar a la orilla no había nada ni nadie. Unas pocas viviendas humildes y algunos animales domésticos. Alguien dio aviso y aparecieron dos muchachos en sendas motos que se ofrecieron a llevarnos por unas monedas. Aceptamos, ¡qué remedio! Montamos cada uno en una moto, cargados con nuestro equipaje. Pero las motos no daban de sí. El camino era absolutamente dificultoso y con desnivel, así que volcamos. La caída fue bastante aparatosa y fue un milagro que saliese ilesa. Como ya faltaba poco para llegar al hotel, decidimos continuar a pie por el embarrado camino. Y al fin llegamos.
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Piscina de L’Olympe du Bemaraha. La piscina se agradece tras las calurosas excursiones

Tras admirar el restaurante y la piscina nos dirigimos a nuestra habitación. Para llegar a las cabañas Moyen Budget, es decir, presupuesto medio, hay que descender varios tramos de escalinatas bosque a través. Echamos un vistazo y no parecía haber nadie hospedado cerca. Y llegó la noche.
Tsingys

Aunque simpáticas, dormir con más de una resulta un tanto inquietante

Pasamos una noche bastante animada. Teníamos con nosotros dos ranas, dos cucarachas XXL y dos arañas XXL.
Tsingys

Algunos animalillos no resultan tan simpáticos

Tsingys

Las arañas en Madagascar pueden alcanzar tamaños realmente grandes

Además, cuando me duché, un pequeño escorpión salió de la toalla. Para completar la jugada, salimos a echar un vistazo al porche y en la barandilla nos encontramos una boa madagascariensis.
Tsingys

Boa Sanzinia descansando a la puerta de nuestra cabaña

Más vale que ya sabíamos que las serpientes de Madagascar no son potencialmente peligrosas para el hombre. 
De hecho, si queréis más información sobre el tema, podéis leeros mi post «Serpientes de Madagascar, no problem».

En resumen, si os gustan los animales y sois aventureros, bienvenidos. Si no os gusta tener «compañía» en la habitación, este alojamiento no es vuestro lugar, o por lo menos, no las habitaciones Moyen Budget. 

La visita a los Tsingys
El parque alberga dos formaciones geológicas destacadas: los Grandes Tsingys y los Pequeños Tsingys.
Tsingys

Los tsingys os sorprenderán, por muchas fotos que hayáis visto

– Los Grandes Tsingys. Para llegar hay que salvar un recorrido de 18 kilómetros en vehículo 4×4 de camino muy irregular y sin asfaltar. Una vez allí, las caminatas son de unas 4 horas de duración. Se atraviesan grutas, laberintos, desfiladeros y puentes colgantes. Son necesarios los arneses, ya que se trata de una vía ferrata. Los trekkings por el Grand Tsingy no están permitidos a personas con vértigo y se desaconseja a quienes no estén en buena forma. 
Tsingys

En los Pequeños Tsingys también hay lugares en los que hay que sujetarse

Nosotros, tras habernos quedado sin coche, teníamos dos opciones. La primera, alquilar motos (aunque el camino es horrible y hablando con quienes lo hicieron nos hablaron de varias caídas). Como ya habíamos tenido mala experiencia con las motos al llegar a Bekopaka, decidimos que una y no más. Otra posibilidad era contratar a alguien con carreta, pero nos advirtieron que se tardaba mucho tiempo. Con el calor y la humedad de la zona, pensar en pasar horas en una carreta tampoco nos convencía, así que, con mucha pena, desistimos de los Grandes Tsingys.
Tsingys

Es mejor visitar los Tsingys a primera hora de la mañana o a última de la tarde

– Los Pequeños Tsingys se encuentran junto al pueblo, justo a la entrada del Parque Nacional, por lo que son de fácil acceso. En la entrada está la caseta de los guías y allí se puede decidir qué recorrido efectuar tras haber escuchado sus recomendaciones. El tour más habitual no supera las dos horas de duración, por lo que nosotros hablamos con los guías de que queríamos hacer algo más completo. Nos propusieron hacer una excursión que incluía un recorrido en embarcación tradicional por el río Manambolo.
Tsingys

Tour por el río Manambolo en embarcación tradicional

Tip: Es mejor evitar las horas centrales del día en vuestra visita a los Tsingys. Y no sólo os lo digo por el calor. Las fotografías de los pináculos son mucho más impresionantes con las sombras que ofrecen la salida y la puesta de sol.
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El recorrido por el río Manambolo incluía la visita a una cueva

Después haríamos una caminata por un pequeño bosque en busca de lémures. Finalmente completariamos la jornada con el trekking por los Pequeños Tsingys. Les contamos lo que nos había sucedido con el coche, y que no íbamos a visitar los Grandes Tsingys. Debimos darles pena porque nos propusieron variar la caminata y recorrer un área donde los Tsingys son más grandes. Obviamente, aceptamos encantados.
Tsingys

Algunas zonas de los Pequeños Tsingys tienen también pináculos de gran altura

Tip: Tanto para visitar los grandes como los pequeños tsingys, así como la garganta del Manambolo, es obligatorio ir acompañado de un guía. Se puede contratar allí mismo en la entrada del parque.

Tip: También hay que tener en cuenta durante la visita que se deben respetar los fady (tabús) locales. En mi artículo «Madagascar, ¿que es fady?» encontraréis información completa sobre ello.

El último día regresamos hacia el río, pero esta vez en carreta (¿¿¿dónde estaba el primer día???). La imagen no dejaba de resultar curiosa.
Tsingys

La carreta es una opción de transporte en Bekopaka

Llegamos al Manambolo, volvimos a cruzarlo en barca, y en la otra orilla nos reencontramos con el conductor y el coche que habíamos desaprovechado por nuestra mala fortuna.

Capítulo Anterior: Ifaty y el Fôret des Baobabs

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