«Hay soledades en las que miras sólo con un ojo, y miras sólo sal».
Tras recorrer kilómetros y kilómetros de una superficie de sal de un blanco cegador, de repente se avista la Isla del Pescado, y desde luego, no decepciona. Por ello es merecedora de este post en la sección «Disfrutando la Naturaleza».
La Isla del Pescado es un promontorio que emerge misteriosamente en medio del Salar de Uyuni, en Bolivia, la mayor extensión de sal del mundo, con 10.582 km cuadrados y 120 metros de profundidad.
Recorrer el altiplano andino, es una experiencia única. Paisajes sobrecogedores se suceden como sacados de otro planeta. Géiseres, volcanes en activo, interminables desiertos. Cañones, salares, lagunas de colores. Termas, fantasmagóricas formaciones rocosas… En fin, todo esto y mucho más nos acompañará a lo largo de nuestro viaje.
La Isla del Pescado es uno de los lugares mas especiales que te puedes encontrar a lo largo y ancho del planeta. Su nombre se debe a que, mirándola desde el este o desde el oeste, y sumando su silueta a su propio reflejo, se da la forma de un pez. Claro está que para ello es necesario que haya llovido, acontecimiento mucho más probable en los dos primeros meses del año.
Este montículo de apenas 200 metros cuadrados parece una ilusión en mitad de la nada. Es como un espejismo plagado de cactus de gran altura.
Incluso podemos encontrar formaciones rocosas de origen coralino.
Pero sin duda, lo que te dejará sin aliento serán las vistas. Espectaculares, infinitas y sobrecogedoras. Muy romántico, sí, pero seamos prácticos, no hay que olvidarse de llevar unas buenas gafas de sol.
Hay varios alojamientos en los alrededores del salar. Estos también son un reclamo turístico por si solos. ¿El motivo? que están construidos con bloques de sal.
Tanto las paredes, como incluso, en ocasiones, hasta el mobiliario. Desde luego, vivirás una experiencia tan llena de emociones que nunca jamás podrás olvidar.