«Cuanto menos sepas de los osos, más probable es que les temas». 

Linda Masterson, «Viviendo con Osos».  

Hoy en la sección «Disfrutando la Naturaleza» vamos a hablar de osos. Hay muchos destinos turísticos en los que podemos encontrarnos con alguno de ellos, así es que conviene saber como reaccionar.

Por ejemplo, hay algunos parques nacionales de Estados Unidos en los que nada mas llegar uno se da cuenta de que está en territorio de osos. 

Señales de tráfico, advertencias, productos anti-osos a la venta, contenedores herméticos en alquiler para guardar la comida… un sinfín de pistas que os harán pensar que os podéis encontrar con un oso al doblar cualquier esquina. Esto sucede en parques nacionales como Yosemite, Yellowstone, Grand Teton o Glacier entre otros. 

La verdad es que los osos huyen más de las personas que nosotros de ellos. Es más, la mayoría de los viajeros que visitamos estos parques soñamos con ver un oso e incluso nos vamos decepcionados si finalmente no hemos avistado ninguno.

Dicho esto y aunque parezca obvio conviene aclarar lo siguiente. No es lo mismo avistar un oso que tener un encuentro con un oso. 

Las veces que hemos visto osos en Estados Unidos ha sido a una distancia media o lejana. Casi siempre desde la carretera y con muchas personas alrededor cargadas con sus cámaras y sus prismáticos. Esto sería avistar un oso y es realmente lo que todos los viajeros amantes de la naturaleza querríamos conseguir.

Más improbable es tener un encuentro como tal con un oso. Considero «tener un encuentro» lo siguiente: Hacemos una caminata por nuestra cuenta internándonos en lugares poco transitados y de repente nos topamos con un oso a corta distancia. Él se asusta y nosotros también. Esta situación sí que puede entrañar peligro porque obviamente desconocemos cómo el animal va a reaccionar. Sin embargo, estos encuentros no son fruto solamente de la casualidad, sino que en parte tienen una explicación lógica y, por lo tanto, maneras de prevenirlos.

Cuando un oso oye o huele a una persona, generalmente huye. Ahora bien, si el viento está en vuestra contra es más difícil que os huela. También obviamente si camináis de manera sigilosa es más difícil que os oiga. Es por esto que si hacéis una caminata por una zona poco concurrida, hay que procurar ir hablando alto. También sirve cantar, silbar o dar palmadas. Lo que sea con tal de no asustar al oso pillándolo por sorpresa. Hay quienes se compran unos cascabeles y los atan al calzado o a los bastones.

Las tiendas y Centros de Visitantes de estos parques nacionales venden sprays anti-osos. En realidad son como los sprays de pimienta de toda la vida pero en tamaño XXL y precio también XXL.

En el Parque Nacional Grand Teton, una pareja estadounidense que disfrutaban de su último día de vacaciones nos regalaron los suyos. La verdad es que nunca llegamos a utilizarlos y también los regalamos en nuestro último día. Los rangers suelen llevar uno de estos sprays aunque muchos no son partidarios y avisan de su uso sólo como ultimísimo recurso.

En Estados Unidos existen principalmente dos tipos de osos, los grizzlies (Ursus Arctos) y los más comunes osos negros (Ursus Americanus). Los grizzlies son de gran tamaño y de color pardo.

Tienen orejas pequeñas y redondeadas, pero su principal característica es una prominente joroba. No trepan a los árboles y prefieren los valles y explanadas a los bosques.

Los osos negros son de tamaño más pequeño. A pesar del nombre su color puede variar desde más claro hasta más oscuro. Sus orejas son más largas y tiesas que las del grizzly. Son capaces de trepar y les encantan los bosques. El alimento principal de ambas especies depende de su hábitat.

En los parques nacionales de Estados Unidos su dieta consiste básicamente en termitas, hierba y sobre todo frutos tipo las grosellas, arándanos, moras y berries en general. No obstante, comen prácticamente de todo.

Eso sí, es muy importante seguir la norma de «si ves un oso no eches a correr». O eso dicen. Ya me gustaría a mí saber qué terminaríamos haciendo si nos encontrásemos con un enorme ejemplar de grizzly.

En caso de que avistéis un oso es imprescindible guardar una distancia de al menos 300 metros.

Es importante no ir comiendo ni llevar en la mochila comida que huela. Si dejáis comida en los vehículos tiene que estar bien cerrada. Si estáis de acampada, olvidaos de dejar comida en la tienda o puede que os llevéis una sorpresa.

A menudo las imprudencias salen caras y podemos convertir un viaje fantástico en una experiencia de lo más desagradable o llevarnos un disgusto que nos amargue las vacaciones. 

Como todo en la naturaleza, siendo prudentes podemos disfrutar de la flora, la fauna y los paisajes y convertir nuestras vacaciones en una experiencia maravillosa.

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