Reverendo F. M. Warrington.
Situado en el estado de California, Bodie es hoy en día un pueblo fantasma que tiene el privilegio de ser considerado Parque Histórico Estatal.
El pueblo alcanzó su apogeo debido a la apertura de una mina de oro. De hecho su nombre proviene de William Bodey, un buscador de oro que consiguió un éxito relativo en su búsqueda por las colinas de la zona.
Hacia 1877, fecha del boom de su mina, Bodie llegó a tener una población de 10.000 personas. Pero el auge duró poco, sólo hasta el año 1881. El declive de las minas y la quiebra de las compañías mineras provocaron el abandono paulatino del pueblo. De tal manera sucedió que hacia el año 1886 ya no quedaban más que unos 1.500 habitantes. Tan solo seis años más tarde, un incendió terminó de catapultar este pueblo hacia el olvido.
No obstante, hubo un pequeño resurgimiento hacia 1890 a causa del auge de la minería en la zona. Tampoco esta vez duró mucho el apogeo de Bodie, ya que otro incendio en 1932 destruyó casi todo el pueblo.
Como llegar a Bodie
Si venís o vais de camino a Yosemite, Death Valley, Mono Lake o Bristlecone Pines, podéis aprovechar la ocasión para visitar este curioso pueblo. Hay que ser cauto especialmente durante los últimos 5 kilómetros de la ruta antes de llegar a Bodie, ya que la carretera puede no estar en las condiciones más idóneas dependiendo de los últimos fenómenos meteorológicos.
Alojamiento
Nosotros en esta ocasión nos hospedamos en el Lake View Lodge, en Lee Vining. Una vez más aprovechamos la ventaja de ser cuatro personas para acogernos a los buenos precios de las habitaciones con dos camas dobles. El alojamiento se encuentra a apenas 3 kilómetros de Mono Lake, a 18 kilómetros de la entrada Este de Yosemite y a unos 46 kilómetros de Bodie.
Si preferís la acampada, en esta página encontraréis todos los campings de la zona.
La entrada
El horario de verano (del 18 de marzo al 31 de octubre) es de 9 a.m. a 6 p.m.
En invierno abre de 9 a.m. a 4 p.m. (desde el 1 de noviembre al 17 de marzo).
El Centro de Visitantes
La visita
Preguntamos y efectivamente. Era una especie de aniversario que celebran las personas que pertenecen a la asociación que apoya la conservación de este curioso lugar. Algunos de ellos iban vestidos con trajes de la época. ¡Parecía que estuviéramos en un rodaje!
Pagamos nuestra entrada y comenzamos a recorrer el pueblo. En 1962 lo poco que quedó del pueblo tras el incendio de 1932 fue declarado Parque Estatal Histórico. Paseando por sus calles pronto comprobamos que todo se encuentra en lo que llaman un estado de “decadencia detenida”, es decir, tal y como lo dejaron.
La escuela tiene los libros, las tizas, los cuadernos, todo como si acabara de terminar la clase. Es como si la maestra fuera a aparecer en cualquier momento. En la tienda del pueblo sigue habiendo surtido de mercancías y las viviendas conservan sus polvorientos muebles como antaño.
Una pequeña capilla ocupa un lugar privilegiado en medio de Bodie, aunque por lo visto el pueblo era más bien tipo pecador. No hay que olvidar que la riqueza de las minas atraía tanto a buscadores de fortuna como a prostitutas y tahúres.
Tours por Bodie
Es muy fácil recorrer Bodie por vuestra cuenta. Gracias al museo y al folleto explicativo que os entregarán, podéis visitarlo sin problemas.
No obstante, por si acaso preferís un tour guiado, debéis saber que existe una visita llamada Stamp Mill Tour. Dura 50 minutos y explican un poco como funcionaban las cosas en la época dorada de Bodie, especialmente la mina de oro.
Cada tour admite un máximo de 25 personas y suelen tener lugar desde finales de mayo hasta primeros de septiembre a las 11:00 a.m. 1:00 p.m. y 3:00 p.m. Hay que adquirir los tickets por 6$ en el Museo-Centro de Visitantes. Allí mismo os confirmarán los horarios de los tours, especialmente si vais fuera de temporada alta.
Realmente es una gozada poder disfrutar de un lugar de reminiscencias históricas como este en Estados Unidos.
La visita a Bodie junto con la de Mono Lake, aportarán un poco de historia y geología a vuestras vacaciones. El complemento perfecto a la grandiosa naturaleza de los parques nacionales del oeste de Estados Unidos.