«Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestras costumbres.
Para él una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra.»
Desde el 30 de noviembre al 4 de marzo de 2018, los amantes de la cultura nativa norteamericana estuvimos de enhorabuena. ¿El motivo? En «La Agenda Viajera» os vais a enterar de todo.
El Museo América de Madrid nos acercó al modo de vida, ritos ceremoniales y costumbres de los nativos norteamericanos a través de una muestra memorable.
«Al encuentro del Gran Espíritu, el Congreso Indio de 1898», resultó en parte tan fabulosa debido a que estaba organizada nada mas y nada menos que en colaboración con el Museo J. Paul Getty de Los Ángeles.
Además, este prestigioso Centro prestó temporalmente al Museo América algunas de las fotografías que se tomaron durante la Exposición Internacional de la Trans-Mississippi.
Esta se celebró en la ciudad de Omaha (Nebraska) y entre los actos tuvo lugar el que fue denominado Congreso Indio.
Las imágenes son auténticas joyas reveladas en platino, todo un top de calidad en la época.
La Exposición
En primer lugar encontramos retratos de los impertérritos semblantes de los jefes nativos norteamericanos. Estos desfilaban ante nuestros ojos haciéndonos recapacitar sobre el entonces futuro y hoy presente de estas gentes.
Los autores de estas fantásticas instantáneas, de gran valor histórico, fueron los fotógrafos Frank Rinehart y Adolph Muhr. Cabe añadir que entre los más conocidos encontramos el retrato del jefe Apache Gerónimo.
También el del jefe Iowa Mosteose, el Cheyenne Tres Dedos y el del Siux Temeroso del Águila, entre otros.
Además de estos retratos, también pudimos ver algunas fotografías tomadas por Edward Curtis sobre el modo de vida de estos pueblos nativos norteamericanos.
Finalmente encontramos objetos prestados para la ocasión por el Museo Nacional de Antropología de Madrid y por coleccionistas privados. Una recopilación de ensueño y especialmente relevante para los entusiastas de esta temática.
Artículos cotidianos como flechas, portaflechas de piel de nutria, pipas, cazoletas y algún que otro juguete acompañaban a objetos ceremoniales de mayor trascendencia.
Cabía destacar, por ejemplo, la presencia de una falda para la «ceremonia del amanecer», el rito que da paso a la pubertad de las niñas apaches. También sorprendía la camisa de un guerrero con adornos a base de púas de puercoespín y cabello humano.
Un tocado con cuernos de búfalo y un manto de pieles del mismo noble animal fueron algunas de las piezas mas valiosas que se exhibieron en el Museo América.
Lugar destacable merece el increíble tocado de águila y armiño cedido por la colección Ana y Bertrand de Montauzon.
Un poco de historia de los nativos norteamericanos
En 1898 se produjo el considerado como uno de los momentos mas importantes de la historia norteamericana. Más de 500 indígenas nativos norteamericanos de unas 30 tribus fueron reunidos en el denominado Congreso Indio.
En ese momento se seleccionaron representantes de distintas tribus. El objetivo: escenificar el dominio de la sociedad «civilizada» sobre las consideradas tierras «salvajes». Desgraciadamente dichas representaciones terminaron siendo meros shows de feria.
La llegada del hombre blanco culminó con lo que fue llamado un proceso de «aculturación». Este tema fue uno de los puntos fuertes de la muestra. Sorprende ver el cambio que sufrieron los nativos, y muy especialmente los niños.
Esto nos da una idea de la ruptura con sus raíces que supuso la adaptación a la «cultura» del hombre blanco. Sin duda alguna, imágenes impactantes.
La expansión del territorio de los Estados Unidos hacia el Pacífico hizo que las comunidades indígenas se vieran desplazadas y que muchos de ellos fueran confinados en reservas. En consecuencia, y aunque parezca mentira, esto ha trascendido hasta la actualidad.
De ahí la importancia de esta exposición que, sin duda, logró transportarnos al mundo perdido de los nativos norteamericanos. Un incomparable mundo en equilibrio con la naturaleza porque se trata de un universo real al mismo tiempo que espiritual.
La exposición resucitó como por arte de magia las civilizaciones que poblaban las Grandes Llanuras, los Bosques Orientales y el Suroeste de lo que hoy es Estados Unidos y que deben su práctica desaparición a la mano del hombre blanco.
Una muestra que sin lugar a dudas invitó a la reflexión a todos quienes la visitamos y, por lo tanto, un ejemplo más de que «Viajar es Cultura».
Y encima estas comunidades indigenas no dejaban muestras de sus tradiciones y cultura por medio de la escritura, con lo cual la ya no hay nadie que pueda descifrar las figuras y simbolos que aparecen en mantas y otras prendas de dicha exposicion.
Altamente recomendable hacer esta visita con la comisaria de la exposicion en el museo America de Madrid
Casi todo hombre blanco se auto proclama superior y destruye cualquier atisbo que pueda transmitir lo contrario. La vanidad y el narcisismo nos caracterizan.
El hombre desde su inteligencia y humildad, tiene el deber de compenetrar culturas para enriquecer y mejorar las especies y equilibrarlas con la naturaleza.
Gracias por tocar nuestras conciencias sucias y egoístas. Siempre sacas lo mejor de tus visitas vayas donde vayas.