Viniendo de sur a norte, nuestro primer destino habíamos decidido que fuera el Khama Rhino Sanctuary. No queríamos dejar pasar la oportunidad de ver rinocerontes, y no estaba nada claro según las estadísticas que pudiéramos verlos en algún otro parque nacional.
Veníamos de Sudáfrica, ya que nuestro vuelo internacional había llegado a Johannesburgo. De camino entre Johannesburgo y Botswana habíamos aprovechado para visitar el Parque Nacional Pilanesberg y Sun City.
El Khama Rhino Sanctuary es un proyecto de conservación de vida salvaje. Se encuentra a tan solo media hora en coche de Serowe, el pueblo más grande de Botswana y de gran importancia histórica.
De camino habíamos atravesado la capital, Gaborone, y sacado dinero en el cajero. La moneda de Botsuana es la Pula y está dividida en 100 thebes.
Después hicimos una pequeña parada en la línea imaginaria del Trópico de Capricornio para hacer la fotografía de rigor.
Alojamiento
Elegimos el Masama Camp and Lodge porque su ubicación era perfecta para nuestro objetivo y su precio bastante asequible. Fue todo un acierto. Hay posibilidad de acampar, pero en esta ocasión habíamos reservado un chalet.
El Capitan Key, encargado del alojamiento, nos hizo una visita guiada por las instalaciones.
Dijo que nos acompañaría a dar un paseo nocturno y así fue.
Después nos facilitó material para hacer una fogata de mínimo impacto.
También se ofreció a acompañarnos en un paseo matutino, al cual acudimos somnolientos y alguno casi en pijama. Pero mereció la pena.
Una vez espabilados y desayunados nos dirigimos al Khama Rhino Sanctuary, a tan solo 13 km del alojamiento. Objetivo: ver rinocerontes, blancos y negros.
Pero ¿cómo distinguir a un rinoceronte blanco de uno negro? (y lo más importante no es el color)
El rinoceronte blanco es de color gris más bien claro. Tiene el morro cuadrado y recto, de ahí su nombre wijde (ancho) según los antiguos colonos holandeses. Esta palabra terminó siendo adaptada al inglés como white (blanco) por la similitud en su pronunciación. Puede medir hasta 4,2 m de largo y 1,85 m de alto. Su peso puede alcanzar las 4 toneladas. Se alimenta principalmente de hierba.
El rinoceronte negro es más pequeño. Puede llegar a los 1,6 m de alto y a los 1500 kg de peso. Su color suele ser de un gris más oscuro y su morro tiene forma picuda. Se alimenta de hojas de arbustos y de pequeños árboles.
Datos prácticos del Khama Rhino Sanctuary
El parque abre de 7 de la mañana a 7 de la tarde. El precio de la entrada para un adulto extranjero es de 86,50 pulas (unos 7 euros) y de 106,50 pulas por vehículo (unos 9 euros).
Dentro del parque hay alojamiento, tienda de recuerdos y restaurante. También se pueden contratar diferentes tours guiados. El precio oscila entre las 289 pulas de una caminata a las 878 pulas por un tour nocturno en vehículo.
Información general de la reserva
El Khama Rhino Sanctuary alberga a unos 30 rinocerontes blancos. El rinoceronte blanco llegó a estar catalogado como casi extinto. A principios del siglo XX había 500 mil rinocerontes en África y Asia. La población de este animal cayó a 70 mil en 1970 y hoy quedan apenas 29 mil ejemplares en estado salvaje. No obstante, cada año cientos de ellos muere abatido por los cazadores furtivos.
En países como China y Vietnam, el polvo de cuerno de rinoceronte es muy apreciado. La ignorancia hace que se le otorgue todo tipo de poder, desde afrodisíaco a curativo del cáncer entre otras muchas enfermedades. Pero los expertos han determinado que la principal composición del cuerno de rinoceronte es la queratina. Esto hace que quienes lo consumen sea como si se estuvieran comiendo las uñas.
El parque también da cobijo a 4 rinocerontes negros. Estos no han tenido tanta suerte y están catalogados como en peligro crítico de extinción.
Además de rinocerontes, en el parque también encontramos jirafas, cebras, ñus, chacales, avestruces, jabalís verrugosos y varios tipos de impalas entre otros. También es de suponer que hay pitones, pero nosotros no vimos ninguna entre otras cosas porque sin bajarse del vehículo la cosa se complica. No hay que olvidar que en los parques está prohibido descender del vehículo excepto en los lugares autorizados.
La visita al Khama Rhino Sanctuary
Por «culpa» del paseo matutino con el Capitán Key, no llegamos demasiado temprano al Khama Rhino Sanctuary. Tras pagar la entrada en la recepción empezamos a hacer lo que allí se puede hacer: dar vueltas en coche para tratar de avistar animales. No se puede abandonar el vehículo salvo en los lugares autorizados que nos indicarán en la entrada.
Y digo tratar porque en cuestión de safaris, al que no madruga, Dios no le ayuda. Cuando el sol empieza a calentar, los animales poco a poco van buscando las sombras y los lugares más frescos, por lo que son más difíciles de avistar. Estuvimos mas de una hora cosechando éxito cero. Por fin aparecieron unas jirafas, y, aunque ya habíamos visto en otros parques, nos hizo mucha ilusión ver señales de vida en el Khama Rhino Sanctuary.
Poco a poco el tema empezó a animarse y ya fueron apareciendo las primeras cebras…
…los ñus y los hornbills…
…los springbooks, steenboks y los kudus…
Paramos en un punto de observación. Hay que permanecer en silencio para no espantar a los animales que se acercan a beber a la charca que allí se encuentra.
Después de un rato aparecieron por allí unos jabalís verrugosos…
… y unas gallinas de Guinea.
Proseguimos nuestra ruta y, de repente, en mitad del camino hicieron su aparición un par de rinocerontes blancos. Y no daban la impresión de tener ganas de quitarse de en medio.
Un poquito cabezones, tardaron buen rato en echarse a un lado…
¡ pero al fin nuestra paciencia tenía su recompensa !
Nuestro siguiente objetivo, encontrar los rinocerontes negros. La tarea se presentaba difícil, ya que si había unos treinta rinos blancos y por poco no los vemos, encontrar los negros que solo eran cuatro…
Dimos vueltas y más vueltas, paramos a comer en la zona del restaurante, continuamos dando vueltas…
…pero decidimos desistir porque ya empezaba a hacerse tarde. No queríamos conducir de noche y realmente estábamos ya cansados y un poco frustrados. Llegar a ver un rinoceronte negro era nuestra máxima ambición al visitar el Khama Rhino Sanctuary.
Pusimos rumbo a la salida del parque, un tanto decepcionados, y cuando ya estábamos cerca de la puerta…
…¡¡¡ una hembra de rinoceronte negro y su cría !!!
Estuvimos un buen rato observándolos y satisfechos al fin, regresamos a nuestro alojamiento. Misión cumplida.
Próximo capítulo: Central Kalahari Game Reserve
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