«Todo aquel que necesita más de una maleta es un turista, no un viajero».
Limitar nuestras pertenencias a lo que quepa en un espacio tan reducido como el de una maleta es un auténtico rompecabezas. No digamos ya si la maleta es de tamaño cabina. Si además viajamos con una aerolínea de bajo coste, hacer el equipaje puede convertirse en una pesadilla.
No olvidemos que la mayoría de las compañías low cost solo permiten llevar como equipaje de mano, además del bolso personal, una maleta de 55 cm de alto por 35, 40 o 45 cm de ancho y 20 o 25 cm de fondo. También el peso está restringido a entre unos 8 a 10 kg, aunque dependerá, al igual que las medidas, de la aerolínea. En este enlace podéis ver las medidas y pesos de las principales compañías aéreas.
Tranquilidad. En este artículo voy a daros los consejos definitivos para poder resolver el asunto del equipaje sin volverse loco.
– Tips para el neceser y el calzado en la maleta
Si solamente vais a viajar con equipaje de mano, deberéis tener en cuenta las restricciones de las aerolíneas respecto a los líquidos, los sprays y las cremas. Todos ellos deben ir en envases individuales de 100 ml como máximo. En total no deben sumar más de 1 litro por viajero.
En algunas aerolíneas exigen que el neceser sea transparente. Si metemos el neceser en una maleta que va a ser facturada, no es necesario tener en cuenta todo lo anterior.
En cualquiera de los casos, el neceser es uno de los elementos, junto con el calzado, que más peso puede aportar a nuestro equipaje. Es por esto que, al ser objetos rígidos, es mejor meterlos primero.
De este modo podremos adaptar después la ropa pequeña en los huecos. Tened en cuenta también que todo lo que más pese está mejor en la zona cercana a las ruedas para que no aplaste el resto.
Si no vamos a facturar es mejor que pesemos la maleta de cabina antes de salir de casa, de este modo evitaremos sorpresas en el aeropuerto.
Si comprobamos que se excede de peso, será el momento de pasar algún calzado o algo de lo que más pese a nuestro bolso de mano.
Es mejor reservar el calzado más pesado para llevárnoslo puesto. De este modo tendremos más margen de peso para poder meter en la maleta.
– Enrollar las prendas en la maleta
Esto es un clásico. Si te acostumbras a ello terminarás haciéndolo también en los cajones de tu casa. Es una manera fácil de que la ropa ocupe menos espacio. También podrás ver todas las prendas sin que ninguna quede escondida. Además, la ropa no se arruga tanto como doblada de otras maneras.
No solo las camisetas pueden enrollarse, también los pantalones, chaquetas y vestidos. En este enlace se puede ver cómo enrollar los diferentes tipos de prendas para que no se arruguen. No obstante, si lo prefieres, puedes poner los pantalones y vestidos encima del todo de la siguiente manera: Se colocan en el centro de la maleta estirados y después se pliega hacia adentro lo sobrante.
– Ropa interior
Aprovecha los huecos que hayan quedado entre el resto de prendas enrolladas para meter la ropa interior. De esta manera el contenido de la maleta irá quedando repartido de manera regular sin que ningún espacio se desaproveche. Los calcetines pueden meterse dentro del calzado.
– Cinturones y complementos
En lugar de enrollar los cinturones, es mejor ponerlos estirados en los bordes de la maleta. Los complementos pequeños se pueden meter en una bolsita y buscarle un hueco por el fondo de la maleta o bien dentro de los zapatos. Los cargadores de nuestros aparatos electrónicos pueden guardarse fácilmente en una funda rígida de gafas, de este modo no se estropearán.
– Objetos imprescindibles en la maleta
Todos nos llevamos de viaje cosas que consideramos imprescindibles. Y no estoy hablando sólo del móvil. Puede ser desde una medicación, unos tapones para los oídos, un recuerdo de familia, una cámara fotográfica o un amuleto de la suerte.
También cosas que puedan resultar difíciles de encontrar en nuestro lugar de destino. Pensad siempre que facturéis en la posibilidad real de que puedan perderos las maletas facturadas y meted vuestros imprescindibles en vuestro equipaje de cabina, bolso de mano o mochila.
– La climatología
Antes de lanzarnos a hacer las maletas, es importante que veamos las previsiones meteorológicas del lugar al que viajamos. Puede parecer una obviedad pero hay que pensarse mucho si realmente necesitamos varias prendas de abrigo. Son las que más espacio ocupan en el equipaje y a veces pueden volver a casa sin usarse.
Tratad de reducir el número de prendas gruesas al mínimo, a ser posible tan solo una que sea combinable. Si nos ocupa demasiado espacio en la maleta podemos llevárnosla puesta o bien en la mano o en la cintura, al menos hasta pasar los controles del aeropuerto si es que nuestro viaje es en avión.
– Los intercambios
Si viajas con otra persona y vais a facturar, considerad la posibilidad de intercambiar algunas prendas de su maleta a la tuya y viceversa. Así si os pierden una de ellas, en la otra habrá prendas de «supervivencia» para ambos.
– El bolso de mano
Hay que procurar que sea grande y práctico. En él debemos llevar:
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Documentos necesarios para el viaje, tales como pasaporte, billetes de avión, tren, etc.
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Objetos de valor. Si hemos facturado y no llevamos equipaje de cabina, en el bolso de mano también deberemos meter los objetos de valor para que no se extravíen.
- Ropa auxiliar. Alguna camiseta de repuesto y algo de ropa interior por si nos pierden el equipaje facturado. Así al menos podremos cambiarnos de ropa hasta que adquiramos algo nuevo o hasta que nuestra maleta aparezca.
- Un peine y un cepillo de dientes nos vendrán bien, sobre todo en viajes largos e incluso con escalas.
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Un pequeño botiquín con medicamentos básicos y tiritas pueden sacarnos de apuros.
– Ropa polivalente
Podemos adaptarnos del calor al frío vistiéndonos con varias capas de ropa superpuestas. Si en lugar de ropa gruesa vestimos una camiseta de tirantes, encima una de manga larga y otra de manga corta, el efecto será el mismo que si lleváramos un jersey, solo que esas prendas las podremos utilizar por separado en caso de temperaturas más elevadas.
Pantalones convertibles de largos a cortos, chaquetas con mangas y capucha extraíble… todo vale si puede utilizarse de diferentes maneras.
– Hacer una lista
No es imprescindible, pero si os dais cuenta de que a menudo estáis pensando en qué llevar, os ayudará a liberar vuestra mente. No hay como el lápiz y el papel, pero para los más fanáticos existen hoy en día aplicaciones como Closet+, Eagle Creek o Travel List.
– Evitar los «por si acasos» en la maleta
Es un error de principiante. Si en casa nunca nos echamos crema de manos, ¿por qué llevar al viaje una crema de manos? Es un ejemplo tonto pero muchas veces metemos en la maleta cosas que ni siquiera utilizamos en nuestra vida. Es mejor prescindir de ellas. En caso de que las necesitemos, es probable que podamos adquirirlas en nuestro destino.
Y hablando de «por si acasos», hoy en la sección «Viajar con Humor» os dejo con Luis Piedrahíta y su monólogo «Una maleta se llena de por si acasos«. Es ideal para reírnos de nuestros propios errores de novatos que todos alguna vez hemos cometido.